MEDITACIONES

de     P. F.

Algo compartido por el hermano E. M.  *


Estoy visitando a mis nietos acá en Idaho mientras mi esposa está ayudando a mi hija ... que acabó de dar a luz a un niño ... el lunes pasado.  Así que he estado ocupado con los niños y no me ha tocado tiempo para escribir, aunque he estado meditando sobre Gedeón y sus experiencias y estoy anticipando escribir más sobre la vida de este hombre tan interesante.  Entre tanto me parecía de valor algo que el hermano E. M. de la asamblea de Reynosa, Tamaulipas, México me escribió y lo comparto con ustedes en su totalidad.  No había pensado yo sobre los animales que robaban los enemigos de Israel en la época de Gedeón y así me gustó mucho lo escrito abajo en rojo.

Querido hermano, el Señor nos llevó esta mañana a esta misma porción de Jueces 6 donde leímos que los israelitas se quedaron sin comer a causa de los tres enemigos que los asediaban.  Me llama mucho la atención que incluso se mencionan a las ovejas, a los bueyes y a los asnos.  Los enemigos de los israelitas también les despojaban de ellos.

Me gustaría dar un breve pensamiento sobre estos animales si usted me lo permite.

Cuando alguno de los tres o incluso los tres enemigos del creyente logran quitarnos la comida espiritual de la palabra de Dios, lo que sucederá en seguida es que no tendremos ningún tipo de sacrificio que ofrecer en adoración al Padre y a su Hijo.  Así el mundo, la carne no juzgada y Satanás logran que el sacerdote cristiano deje de ser un adorador.  Tocante a los asnos, siendo que Dios no los aceptaba como sacrificios quizá se refieran más bien al servicio del creyente dentro de la obra del Señor y por lo tanto estén conectados con nuestros dones y el ministerio.  Quizá esta es una de las razones por las que los obreros son pocos a pesar que la mies es mucha.

El Señor nos ayude a sacar provecho del grano de trigo y nunca quedarnos sin comer de él.

Continuaremos nuestro estudio de Gedeón, la destrucción del ídolo de su padre, y las señas que Jehová le dio la semana que viene, Dios mediante.

FELIPE FOURNIER
18 marzo de 2018